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Por tu
clase, por tu fuerza, por tu personalidad, por tus gambetas...por
aquella chilena a Polonia en Mar del Plata, por aquél gol de tiro libre
en cancha de Ferro bajo la lluvia, y por tantas hazañas y tanto amor por
la camiseta los hinchas te decimos: "Principe Querido, siempre estarás
en nuestros corazones y nunca te olvidaremos". ¡¡ Gracias por todas las
alegrias !!
El
inolvidable Principe se despidió oficialmente del fútbol. Fue el
Domingo 1° de agosto de 1999 en el Estadio Monumental frente a Peñarol
de Montevideo. Más de 65.000 personas estuvieron en la gran fiesta. |
ENZO, LA PELOTA Y LA GENTE
Esa cancina vuelta llamada olímpica, esas manos enrojecidas y las gargantas
vacías de voces fatigadas de gritos, fueron el marco adecuado para la
legítima despedida del ídolo.
Allí iba Enzo, caminando sonriente, tomado de las manos de sus pibes,
vestidos como el padre, tres postales de River abrigados por una ovación
esencial con la carga emotiva e histórica de esa tribuna ganadora y
agradecida.
Allí iba Enzo. Sin necesidad de apellido. Aclamando, llevando en los hombros
de su modestia la carga de celebridad que fabricó en el humilde hogar de los
Francéscoli.
La síntesis de esa fama, bajaba del cemento con el identificado grito de "
u- ru-gua-yo ! " ... y el uruguayo, sonriente y lloroso se zambulló en el
vestuario, transportando la gloria del archivo más íntimo.
Culminó el sueño y su protagonismo invicto en felicidad. Porque creció, se
consagró y decidió ponerle fin a la fiesta del domingo, siempre con la banda
roja sobre su pecho.
Se caen de los anaqueles jugadas que parecen espejismos, goles que conservan
intactas las cargas emotivas y ensordecedoras. Nos domina lo inverosímil
cuando retornan aquellas imágenes cubiertas de chanfles inalcanzables, goles
increíbles, toques de jerarquía y paredes con el sello oriental que lo metió
en la historia.
Enzo fue el prestidigitador que dejó el brillo en el césped y se llevó los
títeres a su casa. Fue el trovador de River y así lo entendimos todos. Por
eso estuvimos apretándonos en la tribuna y metiéndonos en el coro que
resaltó el nombre, el apellido. Agradeciendo su fútbol ...
Se fue el crac, el ídolo, el maestro ...
Se fue ?
Los elegidos no se van nunca. Como nunca se iban los Mozart, Miguel Ángel,
Troilo, Chaplín, Gardel, entre otros ...
El fútbol de Francéscoli está enmarcado en la habitación de Pedernera,
Moreno, Peucelle, Walter Gómez, Di Stéfano y todos los sellos ilustres de
RIVER PLATE.
Por eso no hubo despedida. Fue una fiesta familiar donde la pelota y la
gente se unieron para agradecer todo lo que Enzo nos regaló.
PROXIMAMENTE
PONDREMOS LAS FOTOS DE LA FIESTA DEL ENZO |