PASIÓN,
la palabra que mejor lo define. Aquí un resumen de esos grandes
duelos, que primero paralizaban un barrio, y ahora paralizan al país.
Un duelo de barrio, que nadie
quería perderse. Ambos clubes nacidos a orillas del Riachuelo.
Todo comenzó en la época
amateur.
Cuando se jugaba "nada más" que por el honor. Así fue como en ese
primer clásico, un 24 de Agosto de 1913, en la cancha de Racing, donde
Boca hizo de local, como tenía que ser, ganó RIVER
2-1, con goles de Ameal Penny y Cándido García.
En
1931
protagonizaron el primero del profesionalismo, y terminó en escándalo.
RIVER
ganaba 1-0 con gol de Carlos Peucelle a los 16 minutos de
juego, e imponía una clara superioridad. Hasta que a la media hora de
juego, el árbitro cobró penal para Boca. Lo ejecutó Franciso Varallo,
y Jorge Iribarren lo contuvo sin retener la pelota. Varallo insistió,
y de nuevo rechazó el arquero. En el tercer intento, el goleador de
Boca, convirtió el empate. Todo RIVER
se le fue encima al juez solicitando la anulación del gol y
Escola expulsó a 3 jugadores millonarios, pero además suspendió el
encuentro. La medida enfureció a los espectadores, que habían colmado
el estadio, y a la salida se trenzaron en una batalla campal. Se
podría decir que esa fue la primera vez que la hinchada de RIVER
corrió a la de Boca.
En
1933
hubo un gran partido. RIVER
había quedado afuera de la lucha por el campeonato, pero el
la última fecha debía enfrentarse con Boca. Ese Boca que justamente
estaba puntero, a un punto de San Lorenzo. RIVER
salió a la cancha con la camiseta tricolor, y con el gran Bernabé
Ferreyra a la cabeza del equipo. El mismo Bernabé marcó el primer gol
a los tres minutos. A los doce, Basílico tuvo que dejar la cancha por
una lesión sufrida al chocar un jugador de Boca. RIVER
quedó con diez (en esa época no se podían hacer cambios),
pero tres minutos mas tarde logró un nuevo gol, esta vez por medio de
Nolo Ferreira. Ya en el segundo tiempo, un error de Cuello, permitió
un gol de Boca, que se vino con todo. Ahí empezó el trabajo del
"Mulero" Lago, quien se acercó a Arico Suárez (el mejor jugador de
Boca) y comenzó a "trabajarlo de boquilla", o a "boquear" como se dice
ahora. A los pocos minutos, Arico reaccionó, se tranzaron y el árbitro
los echó a los dos. Así RIVER
quedó con nueve, pero a Boca le faltaba el jugador más importante, y
perdió fuerza. Luego, nuevamente "La Fiera" (como se conocía a
Bernabé), con un "zapatazo" típico de él, clavó el tercero. San
Lorenzo le había ganado 1 a 0 a Chacarita, y con ese resultado salió
campeón. Ese fue el primer triunfo de RIVER
sobre Boca en el profesionalismo, y sirvió para arruinarle el
campeonato.
Ya en
1936,
RIVER
estaba dedicado a la búsqueda y fogueo de sus jugadores jóvenes. El 30
de Agosto se enfrentó con Boca en el viejo estadio de Alvear y Tagle.
Moreno y Perdernera formaban la delantera que hacía sensación en la
época, pero era la primera vez que, juntos, enfrentarían a Boca.
Ellos, por su parte, presentaban un equipo sólido, que era la base del
bicampeón del ´34 y ´35. A los diecisiete minutos, el volante de Boca
abrió la cuenta. Parecía que se le iba hacer muy difícil a estos
jóvenes de RIVER
dar vuelta el partido. Pero no pasaron más de dos minutos, que de la
mano de Rongo se llevaba al empate. Ya en el segundo tiempo, a los
cinco minutos, José Manuel "El Charro" Moreno realizó una gran doble
pared con Rongo, y ya en el área, pudo colocar una pelota con su clase
única en el ángulo superior izquierdo alto de Yustrich, el arquero
visitante. Ahí le cayeron "todos" los riverplatenses para abrazarlo, a
quien luego quedaría como uno de los más grandes futbolistas de la
historia argentina. El mismo "Charro" que no lo habían aceptado en las
inferiores de Boca cuando había ido a probarse.
A fines de
1939,
un nuevo superclásico aparecía. Era especial, porque los jugadores
riverplatenses estaban en huelga, dado que se habían solidarizado con
el "Charro" Moreno, que había sido suspendido por "bajo rendimiento".
Los pibes en su debut le ganaron a Atlanta de Villa Crespo 4-2 y 2-0 a
San Lorenzo. Así, un 5 de Noviembre de 1939, RIVER
debía "visitar" a Boca en cancha de San Lorenzo. A ese equipo juvenil
lo llamaban "Los Guerrilleros" por su manera de juego y su garra al
enfrentar de igual a igual a futbolistas profesionales de larga
trayectoria. Los pibes de RIVER
tenían un gran futuro, y en el equipo se podía encontrar a "nenes"
como Yácno, Muñoz y Labruna, el gran "Angelito" Labruna, quien sería
el jugador más goleador de la historia de RIVER.
También había algunos profesionales, como Besuzzo, Cilaurren y Alcade,
que por ser extranjeros no se plegaron a la huelga, u otros que venían
de otros clubes y aprovecharon la oportunidad para mostrarse. A los
14´ Boca se puso en ventaja de la mano de Varallo, pero no pasaron 3´
que Blanco empató de tiro libre. "Los Guerrilleros" tenían la pelota,
pero no lograban imponer su juego. El equipo de Boca, mucho más
experimentado, estaba tranquilo, esperando algún error de los pibes.
Pasados los 30´, luego de una gran jugada colectiva, ese pibe llamado
Ángel Labruna ponía en ventaja al equipo millonario. Ahí lo definió, y
RIVER,
con un equipo juvenil logró ganarle al experimentado Boca.
El
´42
fue un año inolvidable por los enfrentamientos con Boca. En la primera
rueda, en el Monumental se le ganó 4-0, con goles de Labruna (2) ,
Moreno y Deambrosi. Ya en la segunda, cuando se tenía que jugar en la
Bombonera, la alegría continuó. El 8 de Noviembre, por la 28a. fecha,
RIVER
,puntero, se jugaba el campeonato. El partido empezó mal para los
millonarios, dado que al finalizar el primer tiempo se perdía 2-0 y
parecía que iba a ser muy difícil cambiar la historia. RIVER
había quedado con diez jugadores, ya que el "Pacha" Yácono
debió dejar la cancha herido por un proyectil arrojado desde la
tribuna local. Pero el segundo tiempo fue otra cosa, y con dos obras
del maestro Pedernera, a los 2 y a los 36 minutos, decretó el 2-2
final, y el pasaporte a la eufórica vuelta olímpica. RIVER
era campeón, y por primera vez lo festejaba en la cancha de Boca.
Seguía la década del cuarenta,
y RIVER
no había podido ganarle nunca a Boca en la Bombonera, que había sido
inagurada en 1940. Eran los tiempos de "La Máquina", ese inolvidable
equipo de RIVER.
El 1° de Agosto de
1948
se jugó el primer clásico del año y fue en la cancha de Boca. El
equipo local se puso en ventaja a través del peruano Gómez Sanches a
los 9 minutos del primer tiempo. Angelito Labruna logró el empate
veinte minutos más tarde, y empujó a todoRIVER
a buscar el partido. Ya en el segundo tiempo, a los 15´ Hugo Reyes
puso el 2-1 final. RIVER
le ganó a Boca una vez más, pero esta era la primera vez que
se le ganaba en la Bombonera, y tenía un gusto especial.
En el
´53
hubo un clásico muy recordado, quizá no tanto por el juego, sino por
un hecho especial. Fue en el Monumental y RIVER
ganó 3-0, con dos goles de Labruna y otro del gran Walter
Gómez, en una actuación sobresaliente de todo el equipo. Pero lo más
importante vino desde el arco de riverplatense, donde estaba ese
mounstro del fútbol argentino, uno de mejores arqueros de la historia,
Amadeo Carrizo. Ya estaba por concluir el partido, cuando partió un
pelotazo larguísimo para el pique de José Borello, el delantero de
Boca. No había forma de que el delantero llegara, pero Borello
igualmente corrió. Carrizo salió al borde del área grande y controló
la pelota con sus pies. Y cuando la gente pensaba que la jugada iba a
finalizar con Carrizo retrocediendo unos pasos y tomando el balón con
las manos, todo se transformó en mágico: Amadeo amagó y se fue hacia
la derecha para gambetear a Borello. El estadio estalló. Carrizo se
detuvo, giró y enfrentó nuevamente a Borello, esta vez mirando hacia
su propio arco. Arrancó otra vez para la derecha y dejó en el camino
al hombre de Boca. El delirio bajaba de las tribunas. Pero había más.
Amadeo giró y decidió eludir otra vez a Borello, quien no se daba por
vencido y trataba de quitar la pelota. La tercera gambeta también fue
efectiva. Y el rechazo posterior hacia la mitad de cancha dejó atónito
a los presentes. Ese día nació el duelo Carrizo-Boca. Ese día se
escribía con letras de molde el nombre de Amadeo en la historia de
RIVER
y en el corazón de la hinchada.
El 8 de Diciembre del
´55
RIVER
podía dar otra vuelta olímpica en la cancha de Boca. Si
ganaba era campeón. Fue un partido terriblemente peleado, en el que
RIVER
perdía, hasta que en un minuto, a los 30´ del segundo tiempo, lo dió
vuelta con goles de Labruna y Zárate. Y RIVER
era nuevamente campeón, pero Ángel reunió a todos sus
compañeros, de cara a la tribuna popular, saludaron eufóricamente, se
abrazaron un largo rato, pero se encaminaron hacia el vestuario sin
dar la vuelta que la multitud de RIVER
esperaba.
El campeonato del
´71
se vió interrumpido por una huelga de jugadores profesionales. A fin
de noviembre la huelga fue levantada, pero RIVER
siguió jugando con los juveniles porque los directivos habían
sancionado a los profesionales. Boca, en cambio, jugó con lo mejor que
tenía. Todos pensaban un sencillo triunfo xeneize, pero el trámite no
fue tan fácil. Los "grandes" de Boca, se vieron apabuyados por
"chicos" como Juan José López, Morete o un pibe que le pegaba a la
pelota de una manera sensacional, llamado Norberto Alonso. En la mitad
de la cancha había otro muchacho más de la cantera de RIVER,
un rubio que le decían "Mostaza" y de apellido Merlo. Así fue como
Joaquín Martínez puso en ventaja a los Millonarios, y aunque tres
minutos más tarde Boca logró empatar, el dominio era totalmente de
esos "pibes". Y se pusieron en ventaja con gol de Joaquín Martínez.
Ponce empató de penal tres minutos mas tarde, pero en el campo de
juego las cosas estaban para RIVER.
En el segundo tiempo, con gol de J.J. López, los millonarios se
volvían a poner al frente en el marcador. Y a los 31´ Morete declaraba
el 3-1 final. Fue una noche memorable. Como los "Guerrilleros" del
´39, estos pibes del "jogo bonito" de Didí le dieron a Boca tremenda
"paliza", y obtuvieron una victoria que se recordará por siempre como
símbolo de un trabajo de divisiones inferiores que, a través de la
historia, puso a RIVER
en la cima del fútbol argentino.
Seguía la década del ´70, y un
resultado quedó marcado a fuego: el infartante 5 a 4 con el que
RIVER
derrotó a Boca en el estadio de Vélez. El partido fue, según dicen, el
mejor clásico de la historia. Fue el 15 de octubre de
1972,
en la primera fecha del torneo Nacional, ante una cancha repleta.
RIVER
se puso 2-0 rápidamente, con goles de Mastrángelo (al minuto) y de Mas
(a los 9). Pero Boca, aprovechando las equivocaciones del fondo
millonario, lo dio vuelta, y al término del primer tiempo el partido
estaba 2-3. No pasaron 5´ del segundo tiempo, que Boca estiraba la
ventaja a 2-4, que parecía definitivo. La emotividad estaba instalada
en cada rincón de la cancha, en cada rincón del estadio. Y RIVER
produjo el milagro: Mas, a los 12, achicó la diferencia; y Morete a
los 17, puso las cosas iguales en cuatro. El mismo Morete tenía el as
de espalda en la manga: sobre el cierre del electrizante partido, a
los 45, empujó casi debajo del arco un centro que superó al arquero
Sánchez y decretó el histórico 5 a 4. Ese partido fue una de las
alegrías más grandes de la historia de RIVER.
Los Millonarios volvían a
visitar a Boca en la Bombonera un 4 de Marzo de
1980.
Y en la delantera de RIVER
jugaba un pibe que el año anterior la había descosido en el mundial
juvenil. Ramón Díaz comenzó a picar y no paró más hasta el gol. Así a
los once minutos marcó su primer gol. Y si bien trece minutos más
tarde Boca conseguía el empate, el uruguayo Juan Ramón Carrasco metió
un remate impactante en el arco de Gatti al minuto del segundo tiempo.
A Boca no le quedaron fuerzas para salir adelante. El "Negro" Ortiz y
dos repeticiones de Carrasco y el "Pelado" pusieron un 5-1 que terminó
5-2 por un gol de Perotti cuando al partido le quedaban siete minutos.
Seguramente este fue la "frutilla" del campeonato ganado en el ´80.
En el
´87
hubo otro involvidable triunfo Millonario. Tanto RIVER
como Boca venían con flojas campañas, pero eso no le quitaba
importancia al partido. Fue un 25 de Noviembre en el Monumental. A los
tres minutos, el "Negro" Palma tiró un penal a las nubes, y RIVER
empezaba con el pie izquierdo. Al término de primer tiempo y principio
del segundo la "Chancha" Rinaldi dejaba a Boca con un firme 2-0, que
parecía inalcanzable. Pero a los 14´, el "Polilla" Da Silva le puso la
cabeza a un centro de Gordillo y venció a Genaro. Los de RIVER
se levantaron, y fueron detrás de la esperanza del empate. Llegó antes
de lo esperado de la mano de "Carucha" Corti, quien luego de otro
cabezazo colocaba el 2-2. La hinchada de Boca enmudeció, y los hinchas
de RIVER
se hicieron dueños del ambiente. Todo parecía terminar en empate, pero
Morresi metió un taco para Da Silva, y este otro para Palma, quien le
entró a la pelota en el área, y luego de un rebote que descolocó al
arquero visitante, el balón ingresó al arco del Río de La Plata. Todo
era locura, todo era emosión. Hasta que en el minuto 90, el árbitro
entendió como intencional un rebote fortuito en el codo de Gordillo:
penal para Boca. Comas, se paró delante de la pelota, y frente a los
hinchas xeneizes. Le dio de zurda al palo derecho de Nery Pumpido, que
se movió hacia ese lado. La pelota salió a o dos metros del poste y
terminó todo. Con fiesta de RIVER.
En el
´90
se logró un triunfo impactante ante una Boca que llegaba invicto y
parecía encaminarse hacia el campeonato. Pero RIVER,
lo borró de la cancha: 2-0 en el Monumental, con goles de Higuaín y el
"Polillita" Da Silva. En el
´94,
una brillante actuación del "Burrito" Ortega, fue la clave para el
triunfo 2-0. Esa tarde fue inolvidable el baile que le proporcionó
Orteguita a su marcador, el "Colorado" Mac Allister, que todavía debe
estar mareado. Creó una innumerables situaciones frente al arco de
Navarro Montoya, y fue el encargado de colocar el primer gol de
partido. El mismo "Burrito" fue el que llenó de fútbol nuevamente la
Bombonera, el 11 de diciembre del mismo año. Luego de un penal
convertido por Enzo Francescoli, un gol del propio Ortega y otro penal
de Gallardo, RIVER
le ganó a Boca 3-0, dándole uno de los más recordable bailes de la
historia del superclásico. Era el RIVER
de Gallego, que 3 días más tarde se consagraba campeón invicto del
torneo.
Uno de los grandes partidos
entre RIVER
y Boca fue en el
´97,
en el Monumental. A los 29 minutos Boca ganaba 3-0, con goles de
Martinez (2) y Cedrés. Los hinchas en el estadio no entendían nada.
Parecía que era una catástrofe. Pero RIVER
nunca se entregó, y comenzó a remontar el partido con un gol
de Berti antes de que terminara el primer tiempo. Ya en el segundo, la
emoción continuaba, y el "Luigi" Villalba colocaba el 2-3 parcial. Ya
a esa altura RIVER
estaba jugado todo al empate, y en el minuto 42, Celso Ayala saltó mas
que todos y desató la locura. Nadie lo podía creer. Y casi RIVER,
lo gana, con un remate del "Pipa" Gancedo que pasó a menos de 10 cm.
del palo.
Y como tenía que ser, el último
Superclásico del milenio también lo ganó RIVER.
Fue una tarde de Octubre de 1999, con goles de Aimar y Angel, las
"diabluras" de Saviola y los huevos del Negro Astrada. Con las ganas
del "Pelado" desde el banco. Con el aliento de la gente que tapó, como
siempre, a los visitantes.
Aquí las historias de RIVER
y Boca. Aquí la historia de una pasión.
Material extraído de
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